El 20 de junio se aprobó la Ley GENIUS en Estados Unidos, una medida legislativa destinada a regular el uso de las stablecoins, monedas digitales cuyo valor está atado a un activo estable como el dólar. Este movimiento legislativo ha surgido a raíz de las presiones ejercidas por los bancos tradicionales, preocupados por la amenaza a su competitividad que representan estas criptomonedas.
La Ley GENIUS ha generado controversia, particularmente por la prohibición de que los emisores de stablecoins transfieran intereses a los holders, o tenedores de estas monedas. El empresario David Sacks, apodado “Crypto Zar” y nombrado por el ex presidente Donald Trump, ha cuestionado abiertamente esta disposición de la ley. Según Sacks, esta prohibición fue una concesión hecha a los bancos, que perciben las stablecoins como una amenaza directa a su modelo de negocio.
En una entrevista publicada el mismo día de la aprobación de la ley, Sacks argumentó que esta restricción no era necesaria para la aprobación de la ley, pero fue impuesta debido a las presiones de la banca tradicional. Según él, los bancos temen que las stablecoins ofrezcan un 5% de interés y los saquen del mercado.
Aunque Sacks entiende las preocupaciones de los bancos, cree que son exageradas. En su opinión, la prohibición de transferir intereses a los holders es un obstáculo para la innovación en el sector de las criptomonedas. Incluso ha expresado su esperanza de que esta disposición de la ley sea revisada en el futuro para permitir mayor libertad a los emisores de stablecoins, especialmente una vez que los bancos se involucren más en el espacio de las stablecoins.
La crítica de Sacks ha encontrado eco en la comunidad de criptomonedas, donde se percibe que la ley GENIUS protege los intereses de la banca tradicional a expensas de la competencia. Max Keiser, un conocido defensor de las criptomonedas, ha expresado su descontento con la ley, argumentando que las stablecoins están diseñadas para ser una vía de acceso al dólar estadounidense y que favorecen a los políticos y emisores que trabajan con los bancos tradicionales para combatir la autocustodia de Bitcoin.
Algunos temen que esta restricción pueda limitar el crecimiento de las finanzas descentralizadas (DeFi), que dependen en gran medida de las stablecoins para la liquidez y los rendimientos. Aunque la Ley GENIUS puede promover la adopción de criptomonedas, también se critica por frenar la innovación al dar prioridad a los intereses de la banca tradicional.