En la última semana, las fuerzas de seguridad de España han desmantelado cuatro redes criminales que utilizaban criptomonedas para cometer delitos financieros complejos. Estos delitos incluyen desde estafas masivas de inversión hasta la venta de datos confidenciales del gobierno y esquemas internacionales de evasión fiscal.
Una de las operaciones más recientes se centró en una empresa con base en Barcelona que ofrecía inversiones en criptomonedas. La empresa, que en realidad era una organización criminal, logró estafar más de 10 millones de euros desde 2022. Utilizando técnicas de manipulación y tecnología avanzada, la red engañó a cientos de personas en diferentes regiones de España.
El operativo, denominado “Humo digital”, fue llevado a cabo por Mossos d’Esquadra, la Guardia Civil y la Policía Nacional. Como resultado, se arrestaron a 21 personas, incluyendo a los tres presuntos líderes de la organización. También se incautaron siete vehículos de lujo, más de un millón de euros en efectivo, un arma de fuego, criptomonedas valoradas en más de 300.000 euros, joyas, relojes de alta gama y documentación.
La red criminal se promocionaba como una firma de asesoramiento financiero en las redes sociales e internet. Mediante páginas web fraudulentas y centros de llamadas ubicados en locales alquilados, convencían a las víctimas para que invirtieran en empresas ficticias o en el mercado de criptoactivos. En algunos casos, incluso instalaban software de acceso remoto en los dispositivos de las víctimas para monitorear sus movimientos financieros.
En otra operación paralela en la provincia de Las Palmas, la Policía Nacional detuvo a dos personas acusadas de participar en un esquema de ciberterrorismo que utilizaba criptoactivos para facilitar el tráfico de datos sensibles privados. Uno de los detenidos era responsable de acceder ilegalmente a bases de datos que contenían información personal altamente sensible.
En una tercera operación, se desmanteló una red internacional acusada de haber defraudado más de 460 millones de euros a nivel global. La organización operaba a través de una empresa pantalla con sede en Hong Kong, utilizada para captar fondos de miles de víctimas en al menos 30 países.
En una cuarta operación, las autoridades desmantelaron una red dedicada al fraude fiscal en la importación de mercancías desde China. La organización defraudó más de 700 millones de euros en Europa, incluyendo más de 56 millones en perjuicio de la Hacienda española.
Las autoridades advierten que, aunque los activos digitales no son en sí mismos el problema, su mal uso por parte de redes criminales plantea desafíos urgentes. Las fuerzas de seguridad españolas están actuando de forma coordinada y activa para desmantelar estas estructuras y reforzar los mecanismos de control y cooperación internacional frente a delitos financieros vinculados a monedas digitales.